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¿Quiénes son candidatos ideales para la descompresión vertebral?

Cuando el dolor de espalda o de cuello se instala en nuestra vida, puede resultar difícil ignorarlo. 

En muchos casos, condiciones como una hernia discal, la ciática o una degeneración discal requieren un tratamiento especializado. 

En nuestra clínica Fisioalmat ofrecemos una técnica avanzada y no invasiva, la descompresión vertebral, que está diseñada para devolver la movilidad, aliviar el dolor y evitar en muchos casos la cirugía. 

Pero ¿quiénes son los candidatos ideales para este tipo de terapia? 

Aquí te explicamos.

¿Qué es la descompresión vertebral?

La descompresión de la columna vertebral es una técnica terapéutica que utiliza una tracción controlada para estirar suavemente la columna y reducir la presión sobre los discos intervertebrales y las raíces nerviosas. 

Durante la sesión, el paciente se recuesta en una camilla o mesa especializada, y un sistema computarizado calibra las fuerzas necesarias para realizar el estiramiento de forma segura. 

De esta forma se facilita la recuperación, se mejora la hidratación de los discos y se alivia el dolor.

¿Por qué puede ser una buena opción?

Entre los principales beneficios de la descompresión vertebral están:

  • Alivio del dolor asociado a hernias, protrusiones o ciática.
  • Mejora de la movilidad y flexibilidad de la columna gracias a la reducción de la presión.
  • Técnica no invasiva, lo que significa que no se requiere cirugía y la recuperación es más rápida. 
  • Tratamiento personalizado, adaptado a cada paciente, porque cada espalda tiene su historia. 

Dicho esto, no todos los pacientes son candidatos automáticos. 

A continuación exploramos quiénes sí lo son, y también cuándo conviene consultar previamente con un especialista.

Candidatos ideales para la descompresión vertebral

Basándonos en nuestra experiencia podemos identificar los siguientes perfiles de pacientes como buenos candidatos:

  1. Pacientes con hernia discal o protusión discal
    Si tienes un disco desplazado que presiona una raíz nerviosa, generando dolor, hormigueo o incluso pérdida de fuerza en la pierna o brazo, este tratamiento puede ser apropiado. 

En la web se indica expresamente que la técnica “ayuda a reducir la protrusión del disco y aliviar la presión sobre los nervios”.

  1. Personas con degeneración discal
    Cuando los discos intervertebrales están desgasteados, pierden hidratación y volumen, la descompresión favorece su rehidratación y mejora del estado estructural. 
  2. Pacientes que sufren de ciática o dolor irradiado
    La compresión de la raíz nerviosa producida por una hernia, estenosis o protusión puede provocar dolor que se irradia a la pierna o al brazo. 

Este tratamiento está indicado para “ciática, lumbalgia crónica” etc. 

  1. Personas con dolor lumbar o cervical crónico que no mejora con tratamientos convencionales.

Si has probado fisioterapia, cambios de postura, medicación o ejercicios y no has conseguido un alivio significativo, la descompresión vertebral puede suponer una alternativa. 

  1. Pacientes que quieren evitar una cirugía
    En muchos casos la técnica se presenta como “una alternativa no quirúrgica que puede reducir la necesidad de intervenciones invasivas”. 

Factores que se consideran en la valoración

Antes de iniciar el tratamiento, profesionales de fisioterapia u osteopatía realizarán una exhaustiva evaluación: historia clínica, exploración de la columna, pruebas de imagen (cuando procede), evaluación de movilidad, y estudio de tu estado general.

Asimismo, se verifican factores como tu nivel de dolor, grado de afectación, hábitos posturales, actividad física, y posibles contraindicaciones. 

Un tratamiento personalizado se ajusta a tus necesidades y permite mejores resultados.

¿Quién no sería buen candidato (o necesita precaución)?

Aunque muchos pacientes son aptos, existen situaciones que requieren precaución o incluso hacen que esta técnica no sea adecuada. 

Por ejemplo: fracturas vertebrales recientes, osteoporosis avanzada, tumores de columna, embarazo, algunas fijaciones quirúrgicas previas, inestabilidad vertebral grave.

Si estás en alguno de estos supuestos, es clave que tu fisioterapeuta o especialista lo valore antes de iniciar el tratamiento.

¿Cómo es una sesión típica?

Una sesión de descompresión vertebral suele durar aproximadamente 30 minutos, aunque puede variar según el caso. 

El paciente se recuesta en una camilla especializada, el equipo aplica una tracción suave y ajustada, y se adapta según tu nivel de confort. El número de sesiones dependerá de la gravedad de la afección: por ejemplo, entre 10 y 20 sesiones según el caso.

Tras cada sesión puedes notar alivio gradual del dolor, mejora de movilidad y menos tensión en la zona tratada.

El valor añadido de un enfoque global

En nuestra clínica Fisioalmat se indica que esta técnica se inserta en un marco terapéutico integral: “nos enorgullecemos de ofrecer un enfoque integral y personalizado para el tratamiento del dolor de espalda” donde la descompresión vertebral es uno de los pilares. 

Esto significa que, además de la técnica, puede recomendarse el fortalecimiento del core, ejercicios de estiramiento, educación postural y hábitos de vida saludables. 

Esa combinación mejora los resultados y ayuda a prevenir recaídas.

Si padeces dolor de espalda o de cuello que no mejora, si tienes diagnósticos como hernia discal, ciática o degeneración del disco, y deseas una alternativa no quirúrgica que mejore tu calidad de vida, la descompresión vertebral podría ser la opción adecuada. 

Es fundamental que un profesional cualificado realice la valoración. 

Si tras la revisión resultas un buen candidato, el tratamiento podría ayudarte a aliviar el dolor, recuperar movilidad y volver a tus actividades habituales con más libertad.

Contactanos para una valoración personalizada, resolver tus dudas y dar el primer paso hacia una columna más saludable.

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