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Lesiones de ligamento y tendinosas: diferencias

Podemos pensar que los tendones y ligamentos forman parte del mismo tejido, lo cierto del caso es que cada uno cumple una función específica para unir las partes de nuestro cuerpo.
¿Sabes cuáles son sus diferencias? ¿Conoces medidas de atención inmediata ante alguna lesión de este tipo?
Las lesiones de ligamentos y tendinosas son más frecuentes de lo que piensas. Estas se suelen presentar en mayor medida en deportistas y corredores, por lo tanto, la práctica deportiva se encuentra sujeta a la eventualidad de sufrir alguna situación de este tipo. También pueden ser causadas por la falta de práctica o preparación, el exceso en los entrenamientos, los impactos o por accidentes.

ESGUINCES: LIGAMENTOS LESIONADOS

Al hablar sobre los ligamentos, hacemos referencia a una estructura anatómica y ligeramente elástica que tiene forma de tiras o bandas. Son resistentes y buscan unir los huesos con las articulaciones.
Por ser elásticos, los ligamentos suelen ser forzados en busca de un aumento en su flexibilidad para hacer otro tipo de movimientos, y por esto, un estiramiento mayor de lo normal puede afectar de forma grave a la articulación y ocasionar los llamados esguinces.

  • Los esguinces

La lesión más común de los ligamentos es lo que se conoce como esguince. Estas lesiones se pueden producir por un golpe o caída abrupta y afectan normalmente al tobillo, la rodilla o la muñeca.

En estos casos, los síntomas que se pueden presentar incluyen generalmente dolor en la zona afectada, inflamación y hematoma. Al presentar una lesión de este tipo la articulación se siente débil, lo que puede imposibilitar la resistencia al peso. Los esguinces son clasificados por grado, desde el primero que es el más leve, hasta el esguince grado 3, donde se presenta una rotura completa del ligamento.
Para prevenir este tipo de lesiones es importante realizar un calentamiento adecuado antes del ejercicio, y al finalizar se recomienda hacer un estiramiento, ya que el cuerpo se encuentra caliente y con mayor flexibilidad.

QUE SON LOS TENDONES

Los tendones son unas fibras que unen el músculo con los huesos, están situados en cada extremo del músculo y su función principal es mover el hueso o la estructura.
Las lesiones vinculadas a los tendones cuentan con múltiples causas, dentro de los cuales se encuentran los traumatismos, la práctica deportiva, el hecho de levantar objetos pesados, la edad o pérdida de elasticidad, las enfermedades degenerativas y los movimientos poco adecuados.
En este caso, se pueden presentar lesiones como las siguientes:

  • tendinitis.
  • rotura parcial o total del tendón.
  • luxaciones.

Entre los síntomas de este tipo de lesión destacan:

  • Dolores en la zona afectada.
  • Exacerbación del dolor en horas nocturnas y al levantarse.
  • Inflamación, coloración roja y sensación de calor en la zona.
  • Ruido cuando se utiliza el tendón.

DIFERENCIAS ENTRE LIGAMENTOS Y TENDONES

En ocasiones, se suele confundir estos dos tipos de lesiones, pero lo cierto es que cada una cumple funciones específicas dentro del esqueleto.
En primer lugar, los tendones son las estructuras fibrosas que mueven el hueso u otra parte del cuerpo, ejemplo de ello es la estructura del globo ocular. Por el contrario los ligamentos son tejidos fibrosos conectivos, esto quiere decir que las tiras unen los huesos entre sí, para mantenerlos estables.

Cómo tratar este tipo de lesiones
En la mayoría de los casos, las lesiones ocasionadas en tendones y ligamentos se podrían evitar cumpliendo un plan de prevención.
Si esto no es posible, lo suyo es atender con medidas de atención primaria, y una vez canalizada la lesión, habría que contar con un diagnóstico médico, confirmar la lesión, y después contar con un tratamiento adecuado, que por ejemplo, desde la mano de la fisioterapia será la más eficaz.
Algunas recomendaciones en todos los casos de estas lesiones son las siguientes:

  • Descanso de la zona afectada: lo suyo es evitar cualquier movimiento que empeore la situación.
  • En el momento de la lesión, aplica paños fríos durante 15 minutos, durante una hora. Recuerda envolver la piel con una toalla para protegerla. Este procedimiento lo puedes hacer varias veces mientras te recuperas de la lesión.
  • Ejercita la parte lesionada, con ejercicios suaves para evitar la rigidez de la zona. También mantén elevada la parte lesionada por encima del corazón para ayudar a la circulación de la sangre.
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